La procesionaria del pino es una oruga que se localiza en muchos pinares de toda Europa, pero más extendida por la península ibérica. Su metamorfosis pasa por diferentes fases; en su fase como mariposa deposita los huevos que eclosionan un mes después formando nidos, luego pasa a ser una larva III que mide aproximadamente 3cm y tiene unos filamentos dorsales que segregan una toxina llamada Thaumatopina muy peligrosa para los animales, es justo en esta fase cuando el contacto del perro con la oruga puede tener un desenlace fatal.
Las procesionarias se desplazan a modo de “procesión”, y la curiosidad de los perros hace que se acerquen y las toquen o incluso las ingieran.
Ésta oruga suele aparecer cuando el frío del invierno desaparece y vuelven los días calurosos, en zonas de árboles y pinos, cuidado cuando pasees con tu mascota por este tipo de zonas.
Si el perro tiene contacto con ella, por mínimo que sea, se la introduce en la boca o incluso la ingiere debes acudir de inmediato al veterinario. El simple roce con la oruga puede producir un shock anafiláctico.
En el transcurso desde el contacto, hasta que llegas al veterinario debes mantener la calma y hacer lo siguiente;
- Con cuidado, retira los restos de oruga, pelillos o secreciones con las que haya tenido contacto (no frotar la zona), asegúrate de hacerlo con guantes o algún tejido que tengas a mano para no tener contacto directo con la sustancia.
- Si tienes posibilidad, lavarle la zona afectada con agua templada, puede reducir el efecto de la toxina.
¿Cómo detectar si tu perro ha tenido contacto con la procesionaria?
Podrá presentar irritación facial, en las patas o en las zonas donde haya tenido contacto, pueden irritarse los ojos, daños inflamatorios, problemas para respirar y shock. Hipersalivación, hipertermia y decaimiento son síntomas claros de la exposición a los agentes tóxicos de la oruga.
Si se la mete en la boca o se la traga puede inflamarse la garganta y la faringe y desencadenar en la muerte del animal.
